Nuestra historia
Rubén Patritti estudió Ingeniería en Petróleos en Mendoza, donde comenzó a apasionarse por la vitivinicultura, recordando las historias de su abuelo, nacido en Piamonte a fines del siglo XIX, en un campo cercano a Barolo. Desarrolló su carrera profesional en la industria petrolera, hasta que a los 60 años decidió retirarse y cumplir su sueño de plantar viñedos y construir una bodega.
Cumpliendo un sueño
En el corazón de la Patagonia argentina, donde el viento esculpe los paisajes y el sol pinta los cielos con tonalidades de ensueño, nace la historia de Bodega Patritti. Esta no es solo una bodega; es un testimonio de la audacia y la visión que transformaron la aridez de San Patricio del Chañar en un oasis de viñedos que desafían al tiempo y a la naturaleza.
La región, conocida por sus suelos pedregosos y donde hay formaciones calcáreas duras conocidas como cemento indio, y sus extremos climáticos, es un desafío para cualquiera que se atreva a cultivar en ella.
Sin embargo, es precisamente en estas condiciones donde se forjan los caracteres únicos de los grandes vinos. La amplitud térmica y los vientos constantes no solo protegen las uvas, sino que también las obligan a desarrollar su máxima expresión.
En este entorno indomable, Bodega Patritti se alza como un faro de excelencia y compromiso.
Desde sus inicios, la bodega abrazó una filosofía que combina tradición y vanguardia. Inspirados en las historias de generaciones que trabajaron la tierra y en la innovación que caracteriza a la nueva Patagonia vitivinícola, Patritti logró integrar las mejores prácticas enólogas con un profundo respeto por su terroir.
Cada etapa del proceso, desde la selección manual de las uvas hasta la crianza en barricas, está pensada para honrar la autenticidad de sus vinos.
Esencia patagónica
La colección de Bodega Patritti es un reflejo de la riqueza y diversidad de su tierra. Variedades como Malbec, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon y Merlot encuentran su expresión más pura, mientras que los blancos como Chardonnay capturan la frescura de los vientos patagónicos. Cada botella cuenta una historia, una epopeya en la que la naturaleza y el ingenio humano convergen para crear algo extraordinario.
La arquitectura de la bodega, circular y sustentable, es un ejemplo de armonía entre funcionalidad y cuidado ambiental. Construida a partir de un edificio reciclado, esta estructura moderna refleja el compromiso de Bodega Patritti con la sostenibilidad y su respeto por el entorno natural. Más que un edificio, es un santuario dedicado al arte del vino, donde la tecnología y la pasión trabajan de la mano para crear productos que trascienden fronteras.
Con la visión de Rubén, la pasión de José, el apuntalamiento constante de Sergio, la creatividad de Nicolás y el trabajo incansable y permanente de Raquel y Jorge, Bodega Patritti ha logrado materializar un sueño colectivo. Este equipo, guiado por un profundo compromiso con la excelencia, hace posible que cada vino sea una expresión auténtica de la majestuosidad de la Patagonia.
Hoy, los vinos de Bodega Patritti son reconocidos no solo por su calidad, sino también por su capacidad de capturar la esencia de la Patagonia. Cada sorbo es una experiencia única, un viaje a estas tierras lejanas, una invitación a descubrir un lugar donde el viento canta historias y la tierra da vida a sueños embotellados. Bodega Patritti es, en sí misma, una expresion sublime, un tributo al espíritu humano y a la majestuosidad de la Patagonia.